Hace poco os hablamos de una de las joyas olvidadas de Cádiz: la fuente de los niños meones de Mariano Benlliure y de cómo Antonio Collantes la había hecho con sus propias manos.
Os contamos el tiempo que le había llevado (¡casi 40 años!) y explicamos cómo lo hizo paso a paso, añadiendo alguna que otra foto para ver toooodo el proceso. 
Pues bien, hoy es el turno del antiguo reloj de flores de la Plaza de España, otra de las joyas olvidadas de Cádiz, ¿os acordáis?
Sí hombre, ese que salía en muchísimas tarjetas y postales de la época, el que regaló Carranza a la ciudad de Cádiz y que se encontraba cerca de la Diputación Provincial (aunque al principio estuvo en la plaza de Sevilla).
Estaba en lo que hoy conocemos como “el ajedrez”, ese espacio dedicado a que la gente baile breakdance y estilos de música modernos y esta joya olvidada de Cádiz resultaba un reclamo turístico sin igual: ¿que el niño o la niña hacía la comunión? “vámonos al reloj a que se haga una foto”, ¿que mi niña la mayor se me casa? “vámonos al reloj, que las fotos quedan muy bonitas” y así un sinfín de momentos que formaban parte de la vida cotidiana gaditana.
Desapareció hace unos años y ya solo se acuerdan de él los más antiguos del lugar. Se fue en parte por la dejadez para cuidarlo y en parte por los actos vandálicos que sufría continuamente (tanto es así que desde el Ayuntamiento de la ciudad optaron por dedicarle un jardinero en exclusiva, como si de una estrella de rock se tratara).
Es verdad que nunca llegaremos a saber si una de las joyas olvidadas de Cádiz pertenecientes a otra época habría aguantado el paso de los años pero, ¿y lo bonito que hubiera sido comprobarlo?
